sábado, 23 de junho de 2012

Voto contra....


Código Penal: relator é contra descriminalização do porte de drogas

BAND 

O relator do anteprojeto de reforma do Código Penal votou contra a proposta que descriminaliza o porte de drogas para uso pessoal. O procurador-regional da República Luiz Carlos dos Santos Gonçalves em entrevista.

Ele faz parte da equipe formada por procuradores, juízes, defensores públicos e advogados que atuou sob a batuta do ministro do STJ (Superior Tribunal de Justiça) Gilson Dipp. O texto final, com mais de 300 páginas, será apresentado ao presidente do Senado, José Sarney, no próximo dia 27.

Entre as mudanças estão o endurecimento da lei de progressão de pena e a permissão para realização de aborto em alguns casos específicos. 

Outra novidade proposta é a validação do bafômetro e do exame de sangue para atestar embriaguez ao volante.

Curso DENARC


Capacitação de Agentes Multiplicadores


Denarc fará curso de capacitação de agentes multiplicadores na prevenção ao uso nocivo de drogas em Atibaia

O DENARC – Departamento de Investigações sobre Narcóticos / DIPE – Divisão de Prevenção e Educação ministrará em Atibaia, pelo segundo ano consecutivo, o Curso de Capacitação de Agentes Multiplicadores na Prevenção ao Uso Nocivo de Drogas, do dia 2 a 6 de julho, das 19 às 23 horas, no auditório do Fórum Cidadania (Avenida Nove de Julho, 185, Centro).

A Prefeitura de Atibaia e o COMAD – Conselho Municipal Antidrogas, por meio da Coordenadoria Especial de Cidadania, abrem as inscrições do dia 19 a 27 de junho, das 10 às 13 horas, na Coordenadoria, sala 07, do Fórum Cidadania. São 80 vagas e terão prioridade para participar do curso aqueles com perfil de agentes multiplicadores, que estão ou queiram se comprometer com a causa.

Mais informações pelo e-mail: lrossi@atibaia.sp.gov.br e 4414-2150.

Prefeitura da Estância de Atibaia

quinta-feira, 21 de junho de 2012

Os Campeões no Programa Coletiva de Imprensa com Antônio Carlos Gomes



O programa Coletiva de Imprensa vai ao ar nesta quinta, dia 21, as 22:00 horas, pela TV Altiora.
Conduzido pelo Jornalista Antonio Carlos Gomes, conversamos sobre o livro, drogas, necrim..Bragança Paulista.... 



terça-feira, 19 de junho de 2012

Argentina e a despenalização do consumo pessoal de drogas.

Es determinante para la despenalización que el sistema de salud argentino esté listo para recibir a los usuarios de drogas


“Es determinarte para la despenalización del consumo personal de drogas que el sistema de salud esté listo para recibir el flujo de gente que puede necesitar atención”, afirmó João Castel-Branco Goulão, coordinador del Centro Portugués de Drogas y Alcohol en el cierre de la 10 Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas, que organizada por la asociación civil Intercambios se realizó ayer en el Senado de la Nación en Argentina.



Castel-Branco Goulão, quien llevó adelante el modelo de despenalización regulada que funciona en Portugal desde 2001, explicó que una de las primeras consecuencias de la descriminalización es la mayor demanda de usuarios de drogas al sistema de salud, que empieza a pedir ayuda cuando ya no se sienta perseguida ni haciendo algo ilegal. “Cuando empecé a trabajar en este tema, hace más de veinte años, era común que la gente no quisiera dar más que su nombre de pila, las personas tenían un miedo enorme. Hoy, luego de diez años de despenalización, te dan sin inconvenientes su carnet de identificación porque tienen la tranquilidad de que nadie los llevará presos”, aseveró.
Década del ´90: incremento del consumo

En Portugal, la preocupación por encontrar respuestas a los problemas asociados a las drogas comenzó a principios de la década del ´90, cuando en ese país “el consumo se disparó en forma exponencial, no sólo marihuana sino también de heroína. Fue un proceso muy rápido y desde el Estado nos llevó mucho tiempo encontrar respuestas”, afirmó. Las primeras políticas estuvieron en el Ministerio de Justicia, con políticas penales similares a las de Argentina: prisión, tratamiento compulsivo o multas para los consumidores primerizos. “Muchas veces la prisión fue una escuela de delincuencia, la gente salía peor que como entraba. Y el abuso del encarcelamiento no mejoraba la situación”, aseveró.



De 1997 a 1999 duplicaron el presupuesto y el número de profesionales dedicados a atender usuarios de drogas, pero seguían sin éxito. El Estado convocó a una comisión de expertos –integrada, entre otros, por João Castel-Branco Goulão- para elaborar una propuesta. Esta propuesta incluyó una ley de descriminalización regulada, medidas para el control de la oferta y, sobre todo, nuevas formas de atención de la demanda: “Incorporamos diversidad de tratamientos, introdujimos la metadona como parte de la terapéutica y programas de discriminación positiva para la inserción laboral de drogadictos en tratamiento, entre otras políticas”, explicó el especialista-



João Castel-Branco Goulão refirió que “el problema de consumo en aquel tiempo era tal que no había familia portuguesa que no tuviera alguna situación cercana, fue problema para todas las clases sociales. Esto llevó a que gane consenso la idea de ´mi hijo no es un criminal, es un buen chico pero tiene un problema que necesita atención´ y, por lo tanto, la idea de que había que descriminalizar”.



2001: Mejorar el acceso a tratamientos

Es importante la siguiente aclaración sobre el modelo portugués: se discriminalizó, pero se mantiene una penalización en la esfera administrativa. Por ejemplo, un chico es interceptado por la policía con sustancia para su uso personal. El joven debe presentarse a un órgano administrativo a cargo del Ministerio de Salud, que tiene como objetivo identificar las necesidades de las personas. Castel-Branco Goulão explicó: “Si es un adicto se intenta ver qué tratamiento podría facilitarle la vida, si es un usuario ocasional se analiza si existen otros factores que pudieran llevarlo hacia un consumo problemático. La persona no necesariamente es referida a un centro de tratamiento, muchas veces lo es a un centro comunitario, según sean sus necesidades”.



Con esta política, Portugal logró disminuir el consumo de drogas inyectables drásticamente, reducir la violencia asociada al consumo de drogas y, muy especialmente, mejoró el acceso a los servicios de salud para quienes tienen consumos problemáticos. A modo de conclusión, el actual presidente del Observatorio Europeo de Control y Adicción a las Drogas señaló: “No establecemos una relación causa efecto entre descriminalización y estos resultados. Lo que sí podemos decir es que no ha impactado de forma negativa, introdujo coherencia en el sistema y nos sentimos todos mucho más a gusto trabajando en este contexto, es mejor para la gente”.



Un desafío en todo el mundo

A su turo, Ann Fordham, directora ejecutiva del Consorcio Internacional de Políticas de Drogas (IDPC), se refirió al desafío que significa en todo el mundo generar políticas alternativas a la represión. “Muchos gobiernos del mundo enfrentan los mismos desafíos que la Argentina está discutiendo hoy. Un ejemplo de que el tono del debate está cambiando es que, por primera vez este año, el gobierno de Estados Unidos reconoció en la sesión anual de la Comisión de Estupefacientes (CND) de Naciones Unidas en Viena que ´ha habido una extremada confianza en los beneficios del encarcelamiento´. Ese es un indicio claro del cambio”, señaló la especialista.



IDPC es una red mundial de ONG y profesionales, especializada en problemas asociados a las drogas. Tiene ochenta y ocho organizaciones miembro en todo el mundo y su rol es fomentar un debate abierto y basado en evidencias científicas, con fuerte enfoque en reducir los daños asociados a las drogas. Fordham planteó que existen diferentes posiciones sobre penalizar el consumo personal, “por ejemplo, Uruguay y España jamás criminalizaron la tenencia para consumo personal y otros países están cambiando y descriminalizando”.



Despenalizar es diferente a legalizar

“La descriminalización es algo diferente a la regulación legal del mercado de drogas –aclaró Fordham-. Lo que discute la Argentina actualmente es la descriminalización de la tenencia para consumo personal”. También aseveró que son claves: la proporcionalidad de las sentencias penales, que distingan el microtráfico de las situaciones más graves.



A modo de conclusión, la representante de IDPC destacó: “La evidencia global demuestra que continuar criminalizando a los usuarios de drogas no mejora la situación. El enfoque argentino tiene un fuerte arraigo en la perspectiva de derechos humanos y el cambio en la ley puede hacer una importante contribución a la discusión internacional de las políticas de drogas”.



Conclusiones y perspectivas

En una semana de intensa agenda en torno a la reforma de la ley de drogas, la 10 Conferencia permitió avanzar en tres grandes conclusiones: que los funcionarios a nivel nacional están de acuerdo con la despenalización, que los diputados han llegado a una propuesta de consenso y que existen graves deficiencias en el desarrollo de tratamientos para usuarios de drogas. En su discurso de cierre, Graciela Touzé, presidenta de Intercambios, afirmó: “El año que viene esperamos estar evaluando la implementación de una nueva ley de drogas”.

quarta-feira, 13 de junho de 2012

Livro sobre Drogas e saúde pública provoca polêmica


Livro sobre drogas e saúde pública provoca polêmica

Uma ordem do prefeito do Rio, Eduardo Paes (PMDB), para que um livro que discorre sobre tratamento a usuários de drogas não fosse mais oferecido para download em um site mantido por funcionários da Coordenação de Saúde Mental, programa da Secretaria Municipal de Saúde do Rio de Janeiro, gerou protestos entre profissionais de saúde. A possibilidade de download do livro desapareceu do site ligado ao programa municipal depois que um jornal do Rio publicou reportagem questionando o conteúdo da obra.
"Toxicomanias: incidências clínicas e socioantropológicas", publicado em 2009 pelo Centro de Estudos e Terapia do Abuso de Drogas (Cetad) da Universidade Federal da Bahia (UFBA), reúne artigos de vários especialistas e foi organizado por Antonio Nery Filho, Edward Macrae, Luiz Alberto Tavares e Marlize Rêgo. Um dos artigos, intitulado "A nova Lei de Drogas e o usuário: a emergência de uma política pautada na prevenção, na redução de danos, na assistência e na reinserção social", discute as leis sobre uso de drogas em diversos países e defende mudanças na legislação brasileira. É abordada a possibilidade de o usuário plantar maconha em casa, para consumo próprio. Ao ser informado sobre o conteúdo do livro, na última sexta-feira, Eduardo Paes determinou que a menção à obra fosse excluída do site.
Uma nota emitida por 24 entidades, entre elas o Conselho Regional de Psicologia do Rio de Janeiro, a Comissão Nacional de Direitos Humanos do Conselho Federal de Psicologia, o Grupo Tortura Nunca Mais, a Associação de Juízes para a Democracia, o Centro Teatro do Oprimido e o Centro Brasileiro de Políticas sobre Drogas, defende o livro, critica a atitude do prefeito e pede que a obra volte a constar do site.
Os organizadores do livro também se manifestaram, afirmando que "longe de fazer apologia ou indicação de consumo de qualquer droga, o artigo se debruça sobre uma política de descriminalização do usuário de drogas, em favor da vida e pela reafirmação de uma política de redução de danos". Até a noite desta quarta-feira, o livro não havia sido reinserido no site.

terça-feira, 12 de junho de 2012

Why do some people want drugs to be legal?


Why do some people want drugs to be legal?

A few years ago it seemed unthinkable. But recently, public figures on both the Right and Left have called for the decriminalisation of drugs. What are they thinking?

Photo: ALAMY
Back in 2004, when I was living in Clapham Common, I found myself part of an experiment in the decriminalisation of drugs. Well, one drug: cannabis. And it wasn’t just me, it was all my neighbours in the London borough of Lambeth.
David Blunkett, the then home secretary, had decided to downgrade cannabis from a class B to a class C drug, the category which includes tranquillisers. This effectively meant you wouldn’t be arrested for possession of the drug in our borough.
But the experiment, intended to free-up police resources to fight hard drugs such as heroin and cocaine, came up against an unforeseen problem. The cannabis or marijuana of 2008 was not the same as the fairly mild marijuana the hippies smoked back in 1968. The street names were the same – weed, ganja, dope, hash, grass – but it was far more potent, especially the variety known as skunk, and evidence was mounting that it was causing psychosis in certain people.
Four years after the experiment began then, another Labour home secretary, Jacqui Smith, bumped cannabis back up to a class B. Now possession would get you five years in prison.
The Lambeth experiment was deemed a resounding failure. So it’s hardly surprising that, as recently as 2010, it was pretty much a sackable offence for a politician to advocate decriminalisation. That was the yearDavid Nutt, Labour’s chief adviser on drugs, found himself out of a job when he suggested that drugs should be categorised according to their harms and legislated for accordingly – and that alcohol was far more pernicious than cannabis.
Yet in recent months there has been a shift in mood and politicians are no longer afraid to debate decriminalisation. Why? What has changed? Well, the short answer is the attitude of world leaders.
To explain why, we need to do the long answer, and start with some facts. The harms drugs can inflict are indisputable. Drug misuse is the cause of around 2,000 deaths a year in this country, and some half a million worldwide. About 330,000 people in England are dependent on heroin and/or crack cocaine. Many of these pay for their drugs through crime. It is estimated that these crimes cost us, the taxpayer, £13.9billion a year.
How, then, could legalising drugs, as its advocates argue, really be the lesser of two evils? Well, the more you delve into this subject, the more you see the ironies. Take the easy availability of drugs in prison, where inmates are supposed to be rehabilitated. Or the fact that cannabis use in Holland, where the sale of the drug is tolerated in coffee shops, is lower than in Britain, where it’s illegal (around two to three million people use it regularly in this country).
One of the problems with this debate is that when people talk about drugs, they don’t always distinguish between soft or hard drugs. To those opposed to decriminalisation, there is little difference – and we will come to their arguments. For now, let us examine the case for decriminalisation.
It starts with semiotics, rather than narcotics. George Bush wasn’t the first president to declare war on a common noun. That honour goes to his Republican predecessor, Richard Nixon, who in 1971 declared war on drugs, and said this war would result in a drug-free world. Now, more than 40 years on, there is a growing movement to declare that war unwinnable, not least because there are more drug users around than ever before – 250million worldwide according to UN estimates. And illicit drugs are now the third most valuable industry in the world, after food and oil, estimated to be worth $450billion (£294 billion) a year, all in the control of criminals.
One of the most surprising aspects of the current debate about decriminalisation is that it’s not just the usual civil liberties suspects who are prompting it. The influential right-wing American think tank The Cato Institute and the far-from-left-wing Economist magazine are both in the decriminalisation camp. And at the House of Lords a few months ago,The Beckley Foundation, an Oxford-based charitable trust which researches drug policy reform, launched a campaign calling for an end to the war against drugs.
Among the half a million signatories they have gathered so far are several past and present presidents of Latin American countries, and even one former president of the United States, Jimmy Carter. There are high-profile professors as diverse as Noam Chomsky and Niall Ferguson. And among the knights and peers are Sir Richard Branson and Sir Peregrine Worsthorne, the former Sunday Telegraph editor.
And the main reason for this change in attitude? In a word, Portugal. Ten years ago, the Portuguese government decided to decriminalise all drugs, hard and soft, and, while still prosecuting traffickers, give heroin addicts clean needles, therapy and treatment with methadone. It seems to have worked in as much as it has brought down drugs-related crime and reduced the number of younger people trying heroin. Perhaps most significantly, drug use hasn’t gone up. Partly in response to this, President Barack Obama has signalled that he is prepared to listen to the arguments for decriminalisation. A recent referendum in California, meanwhile, means that cannabis is almost certainly going to be legalised there.
Closer to home, momentum is growing for a change in approach. Writing in a new report by the think tank the International Institute for Strategic Studies, Nigel Inkster, the former assistant chief of MI6, concludes that the global war on drugs has failed and that legalisation should now be considered.
I ask Steve Rolles of Transform, a think tank which argues that drug prohibition itself is the major cause of drug-related harm, why he thinks this change in mood is happening now. “As much as anything, I think it’s to do with economics,” he says. “We’re in a recession, yet across the whole criminal justice system we are spending around £4billion a year on drug enforcement that plainly isn’t working because drug use and drug-related crime is going up. Then there is the possible tax revenue that might come from legalising and regulating cannabis to consider, about a billion pounds by some estimates.”
Counterintuitively, the most vocal advocates for a change in policy are libertarians and free market capitalists on the right of the political spectrum, with neoliberal economists arguing that if the goal is to reduce the level of harm drugs do, then they should be available to purchase safely and legally in a consumer-driven marketplace. Although he has gone quiet on the subject for the moment, when David Cameron stood for the Tory leadership, he favoured “fresh thinking and a new approach” on decriminalisation. And it is telling that he was a fan of the television series The Wire, which eloquently put the case for legalisation. Cameron’s progressive thinking, however, did not survive his move to Number 10.
One of the leading campaigners for the legalisation of drugs in this country is Misha Glenny, the author and broadcaster. He would like to see a regulated system in which all drugs are supplied safely, i.e. heroin and cocaine not cut up with rat poison, fibreglass or brick dust, and taxed like alcohol and tobacco. He says the drug barons of central and South America are desperate to keep the war on drugs going because they make more money that way. Moreover, he believes that the tens of thousands of Mexicans being killed in the trafficking of drugs there each year are only being killed because the drugs are illegal. Make them legal, legitimise the traffic and the cartels disappear and the killings end.
I ask Glenny when he thinks a change in drug policy might happen? “We’re likely to see some significant change on marijuana within the next five to 10 years,” he says. “I’ve always argued that you should legalise it separately, then you can wait for five or 10 years and see if Western civilisation collapses as a consequence. If it hasn’t, then you can start looking at the Class A narcotics as well.” But decriminalisation was tried in Lambeth, I say, and it failed because the cannabis became too strong and dangerous.
“That change in the strength of cannabis took place within an unregulated market,” he says. “The chemical THC determines potency. If the state decides not to regulate the THC levels of the drugs being sold, then what do you expect? A good comparison here is with alcohol. You will be hard pushed to find alcohol above a certain percentage in the UK because it is regulated by the state. That works well.”
Rolles thinks some of the drug war zones such as Afghanistan have brought home the futility of the drug war to politicians and the wider public alike. “The war against the Taliban doesn’t seem to have had the slightest impact on opium growth,” he tells me. “And in Mexico, 50,000 people have died from drug-related violence since 2006. If the president of Columbia, the epicentre of the war on drugs, is saying he is up for a debate on legalisation, that suggests a sea change. That’s not just [Guardian columnist] Polly Toynbee saying it, this is the highest people in the highest international forums saying it – the UN and the G20.”
But let’s not get ahead of ourselves. There are many counter arguments. One is that drugs are a special case for control and prohibition because when people become addicted to them they are no longer acting out of choice. In other words, a responsible society should protect drug addicts from themselves. Also, it seems reasonable to suppose that drug use would go up if it were decriminalised, because there would be one less reason not to try it. There needs to be a proper stigma about drugs to stop people experimenting with them.
Ann Widdecombe, the former Home Office minister, is one of the more robust advocates for a zero-tolerance approach to drugs. “There are huge arguments against decriminalisation,” she tells me. “There are only two ways of doing it, either you decriminalise all drugs or only the soft drugs. If you decriminalise just the soft drugs, all the efforts of the drug barons will then be poured into the hard drugs. Secondly, for a percentage of people, soft drugs take you through the gateway to hard drugs.” Widdecombe believes the reason we don’t win the war against drugs is that we don’t actually fight it. “We do take a strong line against the importation of strong drugs, but we do not have any stamp down at the lower end. What I propose is zero tolerance, from hard drugs down to the possession of soft drugs, obviously with hugely different penalties.”
Theodore Dalrymple is a former prison doctor who specialised in cases involving drug offenders. People, he believes, get the relationship between crime and drugs almost exactly the wrong way around. “Nearly all heroin addicts who are in prison had criminal records before they became addicts,” he tells me. “In other words, their criminality is not the result of their taking heroin. If anything, whatever attracts them to criminality also attracts them to heroin.”
What does he think is prompting the mood change about drugs at the moment? “Self indulgence. Saying the war against drugs is unwinnable is like saying the war against burglary is unwinnable and we should open our doors. Absurd. War is the wrong word. A dim-witted metaphor.” Did he feel the heroin addicts he met had a choice? “Yes, because apart from anything else, thousands and thousands do give up. Mao was the greatest drugs therapist in the world because he threatened to shoot them and, lo and behold, 20million gave up.” Do soft drugs lead to hard drugs? “There is no psychological reason why that would be the case. It might be true sociologically, though.”
So what are we to make of these arguments and counter arguments? I can at least appreciate the argument for soft drugs being legalised, as long as anyone endangering others by driving a car under the influence of them is sent to prison. As to the “gateway”, it seems to be a matter of exposure: when users buy cannabis it’s usually from dealers who are going to offer them cocaine or heroin.
The argument for legalising hard drugs? That seems even less convincing. You can’t really have moderate heroin use in the way you can tobacco or alcohol. If heroin was made legal, surely many people who wouldn’t have dreamt of trying it would give it a go. And in purely practical terms, how would this actually work? Dalrymple made a good point when I asked about this: “The idea that we could regulate drugs carefully is ludicrous,” he told me. “We can’t even regulate a public examination system in this country.”
This article also appeared in SEVEN magazine this Sunday, free with the Sunday Telegraph. Follow SEVEN on Twitter @TelegraphSeven

Ferreira Gullar para Folha de São Paulo


FERREIRA GULLAR
Drogas: qual a alternativa?
A legalização das drogas transformaria o Brasil num centro internacional de consumo, como é a Holanda
Volto a um assunto que tenho abordado aqui e o faço porque considero necessário discuti-lo sempre que possível e com total isenção: o problema da liberação das drogas. Agora mesmo, uma comissão de juristas submeterá ao Congresso um anteprojeto propondo descriminalizar o porte e o plantio de maconha.
Admito que, por alguma razão, pessoas de tanta responsabilidade entendam que a descriminalização é uma medida positiva.
Ainda assim, duvido da conveniência de uma tal medida, uma vez que, no meu modo de ver, o fator principal que sustenta o tráfico de drogas é o consumidor.
Volto ao argumento óbvio, conforme o qual não há mercado para mercadoria que não se consome. Logo, se o tráfico ganhou a dimensão que tem hoje, foi porque, a cada dia, um número maior de pessoas consome drogas. Um dos argumentos usados pelos defensores da liberação das drogas é o de que a repressão não deu os resultados esperados, uma vez que o tráfico, em lugar de diminuir, aumentou.
Já discuti esse argumento, que me parece descabido. Basta raciocinar: desde que a humanidade existe, combate-se a criminalidade e, não obstante, ela não acabou. Pelo contrário, aumentou. Devemos concluir, então, que a Justiça fracassou e que, por isso, o certo é acabar com ela? Claro que não. Se se praticasse semelhante insensatez, simplesmente poríamos fim à sociedade humana. O certo é entender que determinados problemas não têm solução definitiva, mas nem por isso devemos nos render a eles, sob pena de se tornar inviável o convívio humano.
A droga é um desses problemas. Exterminá-la definitivamente parece-nos impossível mas, por outro lado, aceitá-la é abrir mão de importantes valores que o homem conquistou ao longo de sua história. A droga é uma herança de tempos remotos, quando estava associada a uma concepção ingênua e mágica da existência.
A ciência demonstrou que os efeitos que ela provoca são resultados dos elementos alucinógenos que fazem parte de sua composição química. Ela se alimenta daquilo que, no ser humano, resiste à compreensão objetiva e racional da existência. Como talvez o ser humano jamais alcance um estado permanente de lucidez em face do mistério da vida, a droga continuará a ser necessária a uma parte da sociedade, que nela encontra compensação para suas ansiedades. Disso se valem e se valerão os produtores e vendedores de drogas.
As últimas apreensões de drogas ocorridas no Brasil indicam o crescente poderio econômico e técnico dos traficantes. São toneladas de maconha, cocaína e crack, o que pressupõe o crescimento progressivo de consumidores.
Acreditar que a legalização das drogas fará com que essas organizações clandestinas se tornem, de repente, empresas legais é excesso de boa-fé. E o que fazer com as drogas sintéticas que, por se multiplicarem rapidamente, gozam de legalidade, já que os órgãos de repressão sequer as conhecem? A legalização das drogas transformaria o Brasil num centro internacional de consumo, como é hoje a Holanda.
Outro ponto que os defensores da legalização parecem ignorar é o fato de que os consumidores de drogas -em sua maioria jovens- nem sempre dispõem de dinheiro para comprá-las e isso os leva a praticar roubos e assaltos.
Hoje, a maioria dos crimes está ligada, de uma maneira ou de outra, ao tráfico e ao consumo de drogas. Na verdade, o viciado é um aliado do traficante -já que têm interesses comuns- e o ajuda a burlar a repressão.
Amparado na lei, o viciado em drogas vai se sentir mais à vontade para consegui-la a qualquer preço, sem que a família tenha autoridade para impedi-lo, já que estará agindo dentro da legalidade.
A alternativa seria o Ministério da Saúde -que não consegue manter em funcionamento satisfatório os hospitais, por falta de verbas- passar a subvencionar o vício dos drogados?
Creio que tudo conduz à conclusão de que o caminho certo é batalhar para reduzir o número de consumidores de drogas, e isso só será possível se as autoridades, em nível nacional e internacional, se dispuserem a promover um trabalho sistemático de esclarecimento e educação dos jovens para mostrar-lhes que as drogas só os levarão à autodestruição.

Projeto ENCONTRARTE em Atibaia


Atibaia 347 anos: Confira as atrações desta semana

Por: Assessoria de Imprensa Prefeitura de Atibaia
A programação de eventos em comemoração ao aniversário da cidade continua repleta de atrações após o final de semana do feriado prolongado.
Já na segunda-feira, dia 11, na volta do “feriadão”, tem início a “Semana Municipal de Prevenção ao Uso de Drogas – Projeto Encontrarte”, que visa a implementação de um programa de ações culturais e educativas não formais, de caráter formativo e informativo, que estimulam o reconhecimento e o sentido operativo de rede de proteção social, em nove cidades paulistas. A abertura das atividades acontece às 19h, no Centro de Convenções e Eventos Victor Brecheret.
Na terça-feira, dia 12, às 19h, o Centro de Convenções recebe novamente as atividades da “Semana Municipal de Prevenção ao Uso de Drogas – Projeto Encontrarte”, que continua com um encontro de educadores da rede local e com a apresentação da peça teatral “As Desaventuras de Dona Escola”.
A Mostra de Vídeo e Fotografia do Voo Livre de Atibaia, às 19h, no Centro de Convenções, e a Festa Junina do bairro Esmeralda, no Pátio da Escola, com quadrilha e recreação às 14h e show musical às 19h são as atrações da sexta-feira, dia 15.
Sábado, dia 16, acontecem a Festa Junina do Jardim Cerejeiras, no Campo do Jacaré, e a Festa Junina do bairro da Ponte, na Paróquia São Benedito, ambas com quadrilha e recreação às 14h e show musical às 19h. Mais à noite, às 22h, ocorre o baile de aniversário de 347 anos da cidade, no Clube Recreativo Atibaiano.
Domingo, dia 17, mais duas festas juninas acontecem na cidade, dessa vez nos bairros Rio Acima, no Salão da Capela, e no bairro dos Pintos, no Pátio da Escola, ambas com quadrilha e recreação às 14h e show musical às 19h.
Não fique de fora das festividades de comemoração aos 347 anos de Atibaia, participe! A programação completa está disponível no site: www.atibaia.sp.gov.br
 

sexta-feira, 8 de junho de 2012

A falência do proibicionismo


MATTEO ANGIOLI

Il fallimento del proibizionismo ormai è un dato acquisito

31-05-2012
Bruxelles - Ho partecipato alla conferenza/incontro: “Modernizzare il controllo globale della droga – L'Europa può essere la guida?” organizzata dall'International Drug Policy Consortium (IDPC) e dalla Global Commission on drug policy (GC) a cui hanno partecipato come relatori Mike Trace presidente dell'IDPC, Michel Kazatchkine medico e dal 2007 direttore del Global Fund to fight AIDS, Malaria and Tubercolosis, Pavel Bem psichiatra, deputato al parlamento ceco e sindaco di Praga dal 2002 al 2010. Tutti e tre sono membri della GC. Ruth Dreifuss, ex primo ministro della Svizzera era assente. L'incontro avuto con noi esponenti della "società civile" ha seguito quello organizzato con alcuni eurodeputati nella mattinata. Disposti a ferro di cavallo, in tutto erano presenti 15 persone circa, in prevalenza da Belgio, Olanda, Danimarca, Francia e Portogallo. Il dibattito è durato circa due ore.
Trace ha introdotto il dibattito ricordando che l'IDPC raduna 89 organizzazioni da tutto il mondo col lo scopo di promuovere un dibattito sempre più informato in materia di politiche sulla droga. Benché il consorzio contenga voci ed opinioni diverse tra loro, l'impostazione di fondo favorisce un progressivo allontanamento dall'approccio giudiziario verso uno sanitario e di riduzione del danno.
I tre relatori son d’accordo sul fatto che al PE tiri un’aria nuova per quanto riguarda il dibattito sulla droga. Adesso i MEPs sembrano essere leggermenti più aperti al tema, indipendentemente dallo schieramento di appartenenza. Questo è dovuto in parte alle prese di posizione forti e chiari da parte di diversi leaders dell’America Latina. Le politiche repressive sulla droga sono fallite dappertutto ed è anche per questo che l’ex presidente Cardoso in particolare sta mettendo molta energia in questa campagna, come dimostrato dal Rapporto pubblicato un anno fa.
Componente del Comitato nazionale di Radicali italiani.
A tal proposito, il 25 o 26 giugno la GC presenterà a Londra il secondo rapporto sulle politiche sulla droga e i principi chiave di questo nuovo documento saranno:
  • un’ulteriore serie di prove empiriche e scientifiche che dimostrano i benefici della riduzione del danno in favore degli individui e delle società;
  • conferma della necessità di un dibattito basato sull’evidenza scientifica;
  • estirpare dalla società la stigmatizzazione e criminalizzazione dei tossicodipendenti;
  • revisione da parte dei governi dei meccanismi di misurazione del funzionamento delle politiche sulla droga;
  • contrasto alla diffusione di AIDS è aiutato dai programmi di riduzione del danno.
Il problema è che in Europa non c’è il minimo segnale di una leadership capace e interessata a raccogliere il nuovo approccio sud-americano. Mentre servirebbero politiche di consensus-building, Bruxelles è divenuta ormai un luogo di negoziazioni del tutto inadeguato a seguire il dibattito che sta invece progredendo velocemente altrove.
L’ex sindaco Bem, ha sottolineato che le energie spese nella guerra alla droga non hanno bloccato minimamente la domanda e l’offerta di droga. Se si continua così, la risposta non sarà mai sufficientemente rapida, anche perché le azioni di eradicazione producono effetti perversi che peggiorano la situazione. Adesso si tende a cercare le “balance-policies”, le politiche equilibrate, ma chi può dire con esattezza qual è una politica equilibrata? Nella Repubblica Ceca per esempio, dove abbiamo attuato politiche ragionevolmente aperte e liberali, abbiamo ridotto di moltissimo il tasso d’infezione da HIV. Ma è questa la politica più equilibrata possibile?
Un altro punto da non sottovalutare, in tempi d’austerità, sono i tagli e le scarse risorse destinate a programmi di riduzione del danno in tutta l’UE. Sebbene tali programmi si siano dimostrati efficaci ed affidabili, sono tra i primi a subire tagli in favore di un ritorno all’approccio della via giudiziaria. Per questo è necessario standardizzare le politiche di riduzione del danno a livello europeo.
Pem ha anche detto di aver partecipato al meeting dei sindaci e dei rappresentanti delle regioni di tutta Europa e di aver impiegato oltre due anni per riuscire a inserire nell’agenda del meeting un piccolo punto che mettesse in evidenza la necessità di esaminare anche le politiche sulla droga. Il suo consiglio è stato dunque quello di agire a livello locale e di base.
Kazatchkine ha aggiunto due cose interessanti. La prima è che le politiche della droga sono spesso contrastanti tra loro. Gli USA per esempio sono i primi investitori in Iran per politiche di riduzione del danno, per poi attuare la guerra alla droga in Messico e non solo. La seconda è che in un suo recente viaggio in Mali, si è recato a Tombuctu e là ha potuto riscontrare in prima persona come quell’area dell’Africa sia sempre più crocevia del traffico internazionale di droga. A dimostrazione di ciò, l’aver trovato in quella zona sperduta le ultime droghe in giro nel mercato nero, droghe che ovviamente due anni fa, in occasione della sua ultima visita, non c’erano.
L’unica voce dissonante è arrivata proprio da un medico portoghese, Pinto Coelho, che ha criticato l’approccio sanitario adottato dal suo paese. Nella fase iniziale, si ha a che fare con dei criminali, non con dei pazienti. In Portogallo, secondo lui, si è arrivati quasi ad incentivare l’uso di droga, con le cliniche che forniscono siringhe e sostanze da iniettare a chi ne abbisogna. Al tossico viene fornita una quantità della durata di circa 10 giorni. Il tutto per 7,50€ a dose che sborsa il contribuente portoghese. L’idea per cui “come ad un diabetico si dà l’insulina, al tossicodipendente si dà l’eroina” è per lui insostenibile. Il punto è che si deve trovare una definizione precisa di “trattamento” e deve esser chiaro che l’obiettivo finale deve essere una vita libera dalla droga. Nel suo intervento però non ha mai nominato le cifre fornite dal governo che dimostrano una riduzione della mortalità e della diffusione di malattie come l’AIDS.
Nel mio intervento ho parlato di Demba Traoré a Kazatchkine che aveva raccontato la sua visita nel Mali settentionale e ho poi presentato una delle cinque petizioni europee su libertà di ricerca scientifica elaborate dall’Associazione Coscioni e la cui raccolta firme dovrebbe iniziare nelle prossime settimane/mesi. La proposta, avanzata con la European Citizens Initiative di cui si è interessato molto Claudio Radaelli, tra l’altro prevede di:
  • Valutare e promuovere un approccio scientifico sulla salute pubblica nell'affrontare i danni individuali e collettivi derivanti dal consumo di droghe illecite;
  • Depenalizzare il consumo di droga, estendere le opzioni di trattamento della dipendenza basati sui fatti e abolire icentri di trattamento della dipendenza che violano la Dichiarazione Universale dei Diritti Umani.
Mi è sembrato che i tre relatori, in particolare Trace e Bem abbiano reagito con molto interesse all’idea di coinvolgere l’UE partendo dal basso. Trace, che già conosce il Partito Radicale, ha chiesto di rimanere in contatto e di approfondire la fattibilità della raccolta di firme e ha sottolineato che è necessario contrastare in qualche modo l’attuale mancanza di leadership e di visione dell’UE in materia di droga.
Sia la Commissione che la DG Giustizia, nell’interlocuzione tentata dalla GC, hanno fatto capire chiaramente che preferiscono che siano gli stati membri ad agire. Senza farsi scoraggiare, Trace ha anche suggerito di continuare a fare pressione sulla commissione libertà pubbliche, e su quella della sanità del Parlamento europeo per trovare altri spiragli d’iniziativa.
 

Maconha sem "barato" mas com efeitos medicinais...



Cientistas israelenses desenvolvem maconha medicinal sem 'barato'

Pesquisadores conseguiram variedade da planta neutralizando a substância THC, que gera efeitos cognitivos e psicológicos

02 de junho de 2012 | 7h 27
Cientistas da Universidade Hebraica de Jerusalém desenvolveram um tipo de maconha medicinal, neutralizando a substância THC, que gera os efeitos cognitivos e psicológicos conhecidos como "barato".
De acordo com a professora Ruth Gallily, especialista em imunologia da Universidade Hebraica de Jerusalém, a segunda substância mais importante da cannabis - o canabidiol (CBD) - tem propriedades "altamente benéficas e significativas" para doentes que sofrem de diabetes, artrite reumatóide e doença de Crohn.
Gallily, que estuda os efeitos medicinais da cannabis há 15 anos, disse à BBC Brasil que o CBD que se encontra na planta "não gera qualquer fenômeno psicológico ou psiquiátrico e reprime reações inflamatórias, sendo muito útil para o tratamento de doenças autoimunes".
"Obtivemos resultados fantásticos nas experiências que fizemos in vitro e com ratos, no laboratório da Universidade Hebraica", afirmou a cientista, que é professora da Faculdade de Medicina.
De acordo com ela, após o tratamento com o CBD, o índice de mortalidade em consequência de diabetes nos animais foi reduzido em 60%, tanto em casos de diabetes tipo 1 como tipo 2.
"Para pacientes idosos que sofrem de artrite reumatoide, o uso da cannabis pode ter efeitos maravilhosos e melhorar muito a qualidade de vida", disse Gallily.
"Constatamos em nossas experiências que o CBD leva à diminuição significativa e muito rápida do inchaço em consequência da artrite."
A pesquisadora afirma que remédios à base de CBD seriam muito mais baratos que os medicamentos convencionais no tratamento dessas doenças.
A empresa Tikkun Olam obteve a licença do Ministério da Saúde israelense para desenvolver a maconha medicinal e cultiva diversas variedades da planta em estufas na Galileia, no norte de Israel.
Pacientes 

De acordo com Zachi Klein, diretor de pesquisa da Tikkun Olam, mais de 8.000 doentes em Israel já são tratados com cannabis, a qual recebem com receitas médicas autorizadas pelo Ministério da Saúde.

De acordo com Klein, a empresa pretende desenvolver um tipo de maconha com proporções diferentes de THC e canabidiol, para poder ajudar a diversos tipos de pacientes.
"Há pacientes para os quais o THC é muito benéfico, pois ajuda a melhorar o estado de espírito e abrir o apetite", afirmou.
Ele diz ainda que, em casos de doentes de câncer, a cannabis em seu estado natural, com o THC, pode melhorar a qualidade de vida, já que a substância provoca a fome conhecida como "larica", incentivando os pacientes a se alimentarem.
O psiquiatra Yehuda Baruch acredita que "o CBD tem significados medicinais fortes que devem ser examinados". Baruch, que é o responsável pela utilização da maconha medicinal no Ministério da Saúde, disse à BBC Brasil que "sem o THC, a cannabis será bem menos atraente para os traficantes de drogas".
O psiquiatra afirmou que nos próximos meses o Ministério da Saúde dará inicio a um estudo sobre os efeitos do THC e do CBD em pacientes que sofrem dores crônicas.
O experimento será feito com 50 pacientes, que serão divididos em dois grupos. Um grupo receberá cannabis com alto nível de THC e baixo nível de CBD e o segundo receberá mais canabidiol do que THC.
Depois de um mês os grupos serão trocados e, durante a experiência, os pacientes preencherão questionários avaliando as alterações na intensidade da dor.